martes, 13 de septiembre de 2011

y el maldito problema cotidiano persiste, cancer del espíritu

Los últimos días he sido víctima del problema cáncer de la cotidianidad, la sombra del desempleo. ¡Lléveme la chingada! Un pequeño descuido y zas! No tenía contratos or leads to new ones. No job: no money: no money: no trips: no trips: no life… Dos días de holiday gringüe, un apagón de 12 horas y con eso tenía para anunciar el regreso de la recesión económica. El dinero en el banco no era mío, era de la gran circunstancia que es la cotidianidad. Largarme a llorar era una buena opción, pero sabedor de la mala suerte no tuve más que aguantarme y hacer lo que se hacer mejor sobrevivir.
Corrupta hija de puta, mal parida, gonorrea… ¡sí tú maldita cotidianidad! 

Para colmo ocurría justo antes de mi viaje. Forget about my stressfree getaway to DF. Pero bueno siempre había viajado con trabajo o sin él. Era hora de viajar con el desempleo—comenzaba a manejar este argumento no me quedaba de otra. Igual como dictan las leyes socioeconómicas del mundo, el asunto por allá abajo estaba peor y no tenía mejoramiento, esto podía hacerme sentir mejor. HOWEVER, mi desempleo era un error personal. Podía haberlo prevenido sino me hubiera caído en la conformidad, Y NO haber confiado en gente equivocada. #pinchependejo

Si era joven a mis treinta y pico años, podía aguantar otra recesión económica--¿Por qué no? AUNQUE ya tenía una neurosis de categoría 3 lo cual me causaba un poco, o mejor dicho, demasiada miseria. Por años había aguantado las injusticias de todo el mundo incluso había aprendido a vivir bien sin el agradecimiento ajeno. Sin embargo, me seguía partiendo la madre estar en crisis económicas que podían haberse prevenido. A quien podía responsabilizar, ¿al presidente, a los griegos, al niño o a la suerte o la mala de papa dios?

¡Por favor!

#ivnhesque

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