martes, 20 de septiembre de 2011
La espera eterna en el Salon Victoria.
La Chamuca seguía atorada en el curro, así que tuve que esperarla en la cantina de la esquina. Ahí quede esperando en el olvido en la mesa de la esquina. Me estrene con un consomé de pollo y una Modelo Especial. Brinde por el desempleo, la calumnia de la cotidianidad y por mí. Mi estómago no me traicionaría, me iría bien, conseguiría trabajo y regresaría a casa como si nada hubiese ocurrido. Tenia delante de mi retos gastronómicos que requerían apetito. Sin preocupación brinde en silencio y ordene mas que tragar.
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