Estoy sentado dentro una estación
de autobuses sin ninguna opción. Llegaba a Mérida ignorando las distancias
entre Playa del Carmen y la capital. Una breve platica con el taxista más o
menos me desdeño mi porvenir. No fue hasta que comprando el billete de autobús recibí
las malas noticias que el próximo ómnibus a Playa del Carmen salía hasta las
11:45 PM, precisamente seis horas tendría que esperar. Pensé las barbaridades
necesarias mientras miraba hacia el vendedor de boletos, torcí la boca, compre el billete y tuve que hacer chile con la cola. Agarrar un
taxi me parecía absurdo después de todo la espera me venía bien.
A veces olvido las cosas más
fundamentales como la calidad de estar solo en una sala de espera rodeado de
extraños. Tenía claro que la estación de
autobuses no era tan glamorosa como la de un aeropuerto, pero gozaba de una
soledad. Quizá estaba un poco desacostumbrado
de la leprosidad de la gente común y corriente. Ellos tenían más derecho de
estar aquí que yo. Me molestaba que se sentaran alado de mi o que me miraran
detenidamente como si fuera un bicho raro.
Incomodo me levantaba y deambulaba de un lado u otro hasta encontrar
otro rincón lejos de sus miradas. Ahí volvía a retomar mi lectura y olvidar las
seis largas horas que debía esperar.
Telefonee a la amiga Ardilla para
contarle el sucedido. No sería hasta mañana la fecha de mi arrivo, esto si me
iba bien. Un error garrafal no haber investigado en cual playa tenía su
escondite. Me imaginaba que estaba a una distancia razonable del aeropuerto y
podríamos empezar a gozarla esta noche. Podia lamentarme toda las seis horas,
pero ni tenia energias para tal proceso mental. Ya esta loco, mi suerte estaba
hecha en la estación de autobuses ADO. Igual como mencione anteriormente gozaba de la
soledad y las actividades necesarias para desparecer las seis horas de espera.
Aun tenía en duda lo que haría en
dentro del pulman. Me dormiría
escuchando música o simplemente de aburrimiento. Tenía años que no viajaba en
un ómnibus en territorio nacional, así que me reservaba el derecho de la duda. Sabia
de ante mano que no era el ADO Deluxe or GL, era un primer clase que igual
podria tener equipo de sonido y bebidas. Ya estas alturas lo mejor seria
quedarse bien dormido. Igual la espera más difícil estaria atrás y dentro del
autobús por lo menos sabía que me dirigía a mi siguiente destino.
#ivnhesque
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