No estoy de muy buen humor. Ayer termine atrapado en el Santería, un
nightclub súper cool con acentuación narco. ¡Imagine that! La planta alta súper chill con altares al
narco mas chido de Mexicolandia. La planta baja bien dark como un especie de
dungeon. El DJ bastante bueno en los turntables, buenos breaks y unas
transiciones bastante suculentas. Claro que mucho de los nightclubbers dejo
mucho que desear ya que no tienen idea lo que es bailar breaks, house or trance
music general. También pudiera ser que la cultura del clubbing de la región
combinada con la del turista cree un patético escenario en donde la gente ni
baila o deja bailar. Trate de escapar después de varios intentos, pero para mí
mala suerte llovía a cantaros y yo con la cámara temí mojarla. Me la tuve que
bancar esperando junto a un centenar de gente. Debo decir que me agradan los
borrachos porque yo suelo ser uno de ellos y por lo general simpatizo con los chain smokers. Sin embargo, el humo de
los nuevos cigarros me parece arborescente a tal grado que no lo soporto y me
causa todo tipo de estragos respiratorios. Volví a entrar al antro para ver a
la amiga Ardilla quien estaba muy entretenida con una comitiva de proletariados
seguramente hablando del laburo. Decidí fiel a mi estilo no despedirme, precisaba
irme a dormir. En realidad no estoy para el trote del clubbing scene y menos en un sitio donde los empujones estaban a la
orden del día.
Salte por los charcos como chapulín fumigado y llegue a mi hotel, la
privacidad máxima, sin embargo el daño a mis conductos nasales estaba hecho.
#ivnhesque
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