jueves, 23 de junio de 2011

Coexistencia en tiempos sin Cristo.

Gato egipcio tirado en la alfombra recién aspirada, mente pre-socrática enfocada en aquel inolvidable instante franco-alemán telúrico, aptitud romántica germana de propósitos siniestros, método gringo configurando a la vanguardia de la tecnología web 5.0. Vino, salami, queso, chips, vino y el eco de los lamentos bunburianos. La nefasta sociedad afuera de estos rincones sagrados con sus estrellas revolucionarias colgadas en Facebook. En frente de mi el ordenador en todo caso conocida como la computadora—o Mac para los culeros. A mi alrededor todo el gran Enterprise de mi existencia, mi hogar material con todos sus malos olores, yo por mi en catarsis plena con los dedos filosos escribiendo mentiras; el gato egipcio-gonorrea tirado en la alfombra milagrosamente tranquilo. Seguíamos con vida milagrosamente no nos habíamos matado todavia. Milagrosamente coexistíamos como dos bestias creadadas por Dios ni yo podía matar al felino ni ella podía huir a la calle en busca de mejores tratos. La casa era como nuestro ecosistema donde la ley sagrada de Dios reinaba extrañamente ¿cual puto dios no tenía ni la puta idea? solo sé que pasaban los días y no había tragedia.

#ivnhesque

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